Archivo de la categoría: Escuela para padres

AUTOESTIMA PARA ADOLESCENTES

La psicóloga Gloria nos habla acerca de las caracteristicas positivas de la autoestima en los adolescentes y que esta es la base de una existencia productiva y satisfactoria. Nos refiere que la adolescencia es un periodo crítico para la autoestima porque en esta se desarrolla la identidad, (percibirse como una persona diferente a las demás). La autoestima influye en  todo lo hace y decide el adolescente y esta puede desarrollarse de forma positiva, cuando los adolescentes experiementan algunos aspectos como son los siguientes: vinculación singulariadad, poder y modelos 
 
 

   

 Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer un adolescente. Un adolescente con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue. Y lo que es más, si el adolescente termina esta etapa de su vida con una autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria. 

Un adolescente con autoestima: 

  • actuará independientemente
  • asumirá sus responsabilidades
  • afrontará nuevos retos con entusiasmo
  • estará orgulloso de sus logros
  • tolerará la frustración
  • se sentirá capaz de influir en los otros

La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época en la que se ponen sobre el tapete no pocas cuestiones básicas; piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la vida, en el matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la independencia de la familia y en la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que sumar todos aquellos conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de nuevo, conflictos que habrá que afrontar también. 

En la «crisis de identidad» de la adolescencia, el joven se cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que de sí mismo ha adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente cambio en su autoestima. 

Cómo influye la autoestima en la vida cotidiana 

La autoestima influye sobre el adolescente en: 

  • cómo se siente
  • cómo piensa, aprende y crea
  • cómo se valora
  • cómo se relaciona con los demás
  • cómo se comporta

La influencia positiva de la autoestima sobre el adolescente 

Los aspectos positivos que refuerzan las posibilidades del adolescente de cara a la vida adulta son: 

  • saber con claridad con qué fuerzas, recursos, intereses y objetivos se cuenta.
  • Relaciones personales efectivas y satisfactorias
  • Claridad de objetivos
  • productividad personal: en casa, en el colegio y en el trabajo.

Ayudando a los adolescentes a acrecentar su autoestima se pueden inducir situaciones beneficiosas y reforzar así los recursos del adolescente para la vida adulta. Para él es una auténtica necesidad fraguar su identidad y sentirse bien consigo mismo. Si puede satisfacer tal necesidad a su debido tiempo podrá seguir adelante y estar listo para asumir la responsabilidad de satisfacer sus necesidades en la vida adulta. 

Los cuatro aspectos de la autoestima 

La autoestima puede desarrollarse convenientemente cuando los adolescentes experimentan positivamente cuatro aspectos o condiciones bien definidas: 

  • · Vinculación: resultado de la satisfacción que obtiene el adolescente al establecer vínculos que son importantes para él y que los demás también reconocen como importantes.
  • · Singularidad: resultado del conocimiento y respeto que el adolescente siente por aquellas cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado por el respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades.
  • · Poder: consecuencia de la disponibilidad de medios, de oportunidades y de capacidad en el adolescente para modificar las circunstancias de su vida de manera significativa.
  • · Modelos o pautas: puntos de referencia que dotan al adolescente de los ejemplos adecuados, humanos, filosóficos y prácticos, que le sirven para establecer su escala de valores, sus objetivos, ideales y modales propios.

Pueden descubrirse problemas de vinculación si se presenta alguno de los siguientes comportamientos: 

  • No puede comunicarse con facilidad, es incapaz de escuchar a los demás y comprender sus puntos de vista.
  • Es tímido, tiene pocos o ningún amigo y elude de forma activa las situaciones sociales; es poco consciente de los intereses o necesidades de los demás.
  • Habla negativamente de la familia, de su raza o grupo étnico.
  • Rara vez o nunca se ofrece para ayudar a los demás.
  • No cae bien a sus compañeros.
  • Resulta incómodo a los adultos o, por el contrario, intenta captar su atención continuamente.
  • Quiere ser siempre el centro de todo y/o constantemente intenta atraer hacia sí la atención de los demás.
  • Suele relacionarse más con cosas y animales que con gente; lleva un montón de «porquerías» en el bolsillo y las valora excesivamente.
  • Tiene dificultades para expresar sus ideas y sentimientos de manera directa y para pedir lo que necesita.
  • Le molesta tocar a los demás o que le toquen.

Con un adolescente que presenta escasa vinculación debe relacionarse del siguiente modo: 

  • Preste atención a su hijo cuando le necesite.
  • Demuestre afecto en lo que usted diga o haga.
  • Elógiele de manera concreta.
  • Demuéstrele su aprobación cuando se relacione bien con los demás.
  • Respete sus amistades dándole la oportunidad de que las reciba en casa y demuéstrele que usted las aprueba.
  • Comparta sus sentimientos con él, que vea cómo le afectan las cosas.
  • Comparta intereses, aficiones y algunas de sus preocupaciones con el adolescente.
  • Haga de cuando en cuando algo especial que satisfaga sus intereses o necesidades particulares.
  • Pase algún tiempo solo con él, sin que las necesidades de otros miembros de la familia le sirvan de distracción.

El adolescente con escaso sentido de singularidad se expresará de alguna de las siguientes formas: 

  • Hablará negativamente de sí mismo y de sus logros.
  • Se enorgullecerá poco o nada de su apariencia.
  • Demostrará poca imaginación y rara vez propondrá ideas originales.
  • Hará cosas como se le diga, sin apenas aportar nada de su propia cosecha.
  • Se sentirá incómodo cuando se le destaque o se le pregunte en clase.
  • Buscará con frecuencia el elogio, pero cuando lo consiga se sentirá confuso y lo negará.
  • Hará alardes cuando no sea el momento.
  • Se adaptará a las ideas de otros. Sigue pero raramente guía.
  • Tenderá a clasificar a los demás de un modo simple, y es probable que sea crítico con sus características personales.

Cómo relacionarse con un adolescente que tiene problemas de singularidad. 

  • Resalte y reafirme sus dotes y características especiales
  • Acepte que su hijo adolescente exprese sus propias ideas, anímele a ello, aunque sean diferentes que las que usted tenga.
  • Transmita su aceptación, incluso cuando halla que censurar su comportamiento.
  • Descubra aspectos positivos en las ideas o en las conductas no habituales que manifieste, y alábeselos.
  • Acepte la experimentación por parte de él con distintos trabajos actividades o ideas.
  • Respete sus puntos de vista, su singularidad, intimidad y sus pertenencias.
  • Déjele llevar a cabo tareas que supongan responsabilidad, de forma que vaya adquiriendo conocimiento de sus habilidades singulares.

  

Cómo desarrollar la sensación de poder: problemas y soluciones 

  • El adolescente podrá obtener una sensación de poder cuando disponga de las oportunidades, recursos y la capacidad de influir sobre su vida de una forma positiva. Cuando esta sensación esté firmemente desarrollada, se acrecentará su autoestima, pero si no dispone de oportunidades para ejercitar este poder y se le niega sistemáticamente, su autoestima se verá disminuida.

El adolescente que no desarrolla una sensación firme de poder suele comportarse de alguna de las siguientes maneras: 

  • Puede eludir afrontar la responsabilidad. No hará nada por su cuenta y habrá que recordarle constantemente los deberes que se le han marcado. Se echará atrás en las tareas que supongan para él un reto.
  • Puede tener habilidades muy limitadas en muchas áreas, las típicas respuestas serían «no sé cómo» o «eso no sabré hacerlo nunca».
  • Puede actuar con frecuencia dando la sensación de estar desvalido y evitará hacerse cargo de los demás.
  • Puede carecer de control emocional. Una demostración continua de furia, miedo, histeria o incapacidad para enfrentarse a la frustración indica una carencia definida de control personal.
  • Puede ser excesivamente exigente o terco.
  • Puede querer siempre ser el líder, hacer las cosas a su manera. Será inflexible y se negará a discutir opciones y a compartir su autoridad.

Cómo relacionarse con el adolescente que posee una inadecuada sensación de poder 

  • Estimule su responsabilidad personal.
  • Ayúdelo a ser consciente de su propio proceso de toma de decisiones.
  • Evalúe su procedimiento para resolver las situaciones problemáticas.
  • Reafirme los éxitos que obtenga.
  • Respete el grado actual de competencia del adolescente.
  • Estimule al adolescente a fijarse objetivos personales, tanto a corto como a largo plazo.
  • Reafírmele cuando influya en otros de manera positiva

Cómo desarrollar modelos en los adolescentes 

Si durante su proceso de desarrollo el niño no ha tenido suficientes modelos a su disposición, los padres se verán obligados a rellenar esos huecos en la adolescencia. El anhelo natural del adolescente por tener héroes, ideales y sueños servirá de ayuda para proporcionarle un adecuado sentido de los modelos. 

Problemas que pueden plantearse con los modelos 

  • Suele confundirse con facilidad. Malgasta el tiempo en actividades que aparentemente no tienen ningún objeto, o se pueden obsesionar con actividades que no tienen relación con sus obligaciones más inmediatas.
  • Se organiza mal, tanto en ideas como en comportamiento. Puede ser desaliñado en su persona y en sus cosas. Suele tener su habitación hecha un desastre.
  • Confunde lo bueno y lo malo.
  • Le cuesta decidirse a hacer o decir algo.
  • Responde a las instrucciones que se le dan de modo confuso  o rebelde.
  • Se muestra inseguro en los métodos y en los objetivos que elige cuando trabaja en equipo. Solicita continuamente instrucciones y suele insistir en que solo hay una manera de hacer las cosas.

Cómo relacionarse con el adolescente que carece de modelos 

  • Recuerde que usted es un modelo básico para su hijo adolescente, sea un buen ejemplo, acorde con sus creencias.
  • Presente a su hijo aquellas personas a las que usted tiene gran estima, bien mediante el contacto personal, o por medio de obras literarias.
  • Ayúdelo a entender bien aquellas cosas en las que cree. Hable con él de su escala de valores. Y si le pregunta el a usted por sus creencias, háblele honradamente.
  • Haga que se proponga objetivos de comportamiento y aprendizaje que sean realistas. Que razone los pasos que debe dar para conseguir sus objetivos. Que decida que debe aprender y en que medida debe hacerlo.
  • Que afronte las consecuencias de su comportamiento. Deje bien clara la relación causa-efecto en lo que se refiere a su comportamiento y a las consecuencias del mismo.
  • Ayúdelo a que entienda como puede realizar sus tareas. Dígale las cosas claras y demuéstreselo si es necesario.
  • Haga un esfuerzo para entender las condiciones que influyen en su comportamiento. Comprender no significa aceptar permisivamente conductas destructivas. Intente llegar a decisiones comunes o a normas de comportamiento mediante el intercambio de opiniones.
Como punto final un consejo: escuche, siga atento las conversaciones con su hijo adolescente, no reacciones hasta que él no haya terminado, probablemente aprenda cosas nuevas sobre él y es problable que se dé cuenta que el adolescente se siente más valorado cuando se le escucha atentamente.
  
  
 
 

Gloria Marsellach Umbert – Psicólogo  

  

 
 

 

 

 

 

10 comentarios

Archivado bajo Escuela para padres

VIOLENCIA EN LA ADOLESCIA

         

La Doctora Trinidad Aparicio nos invita  a reflexionar como el problema del  aumento de la violencia en la adolescencia es un reflejo de un problema social y familiar que necesita ser atendido urgentemente. Nos refiere que como primer pasó debemos de encontrar las causas del problema y posteriormente tratar de prevenirlas, promoviendo un ambiente sin violencia, brindando una educación por medio del ejemplo la constancia y coherencia,  inculcando valores.

         1.      Los adolescentes violentos

Hay una gran preocupación social por el aumento de comportamientos violentos en los adolescentes, que ha ido creciendo considerablemente en los últimos años y cada vez a edades más tempranas, produciendo graves problemas difíciles de afrontar en muchos colegios e institutos.

La adolescencia es una etapa en la que el joven experimenta grandes cambios de personalidad. Se producen cambios de conducta e inestabilidad emocional, son jóvenes con mucha energía que han de aprender a controlar sus impulsos. Es una etapa en la que están formando su identidad, por lo que sus futuros comportamientos dependerán en gran medida de cómo superen todos estos cambios.

Los adolescentes violentos son aquellos que no se ajustan a las normas, son impulsivos, intolerantes e inconformistas. En los colegios provocan disturbios y en ocasiones suelen actuar amenazando a sus compañeros.

Algunos de estos adolescentes llegan a participar en peleas, agrediendo físicamente por medio de golpes o con algún objeto o incluso con armas y pudiendo causar daño físico a él mismo o a otras personas. En estos casos pasan de ser un adolescente violento para convertirse en un delincuente

      2. Causas del comportamiento violento

  • En ocasiones, el adolescente se convierte en una persona violenta por no haber controlado desde la infancia un temperamento que tiende a la violencia. Hay niños que desde pequeños son menos obedientes, les cuesta más aceptar las normas o ajustarse a una disciplina, tratan de imponer lo que quieren a la fuerza, sin respeto hacia el otro. Ante esto, los padres no deben ceder y deben hacerles comprender que nunca se les hará caso ni lograrán lo que pretenden cuando traten de conseguirlo mediante la fuerza.
  • Aquellos adolescentes que durante la infancia han vivido en un entorno familiar violento, suelen llegar ha desarrollar comportamientos violentos, ya que los niños actúan por imitación y el ambiente condiciona la conducta. Por eso es importante que los niños víctimas o testigos de agresiones reciban ayuda psicológica de un profesional.
  • En todas las familias debe haber unas normas de convivencia que hay que respetar. Los padres deben poner límites a los hijos y explicarles el porqué de una situación. La ausencia de estas normas o de estos límites son en muchas ocasiones la causa de la violencia en algunos adolescentes. Suele ser el caso de familias rotas o de padres despreocupados que no prestan la debida atención y vigilancia a sus hijos.
  • El consumo de alcohol y drogas suele estar también muy relacionado con la violencia. Se ha demostrado que los adolescentes que consumen alcohol y sustancias tóxicas tienen conductas más violentas que los adolescentes que no consumen, debido a los efectos que causa el consumo de estas sustancias como es un aumento de la impulsividad, euforia, cambios bruscos de humor, irritabilidad, etc. Son factores que en determinadas circunstancias pueden inducir a la violencia.
  • Otras veces se llega a la violencia por problemas psicológicos, cuando no se ha podido conseguir un objetivo, por cobardía, frustraciones, complejos o por un sentimiento de inferioridad. Es el caso en que el adolescente quiere hacer daño conscientemente para sentirse mejor, por placer, en tal caso nos encontramos ante un gran problema, ya que son actos realmente peligrosos que provienen de adolescentes enfermos con un problema de desajuste de la personalidad.

       3. Educar para prevenir

Para prevenir conductas violentas en un adolescente, los padres deben partir de la educación mediante el ejemplo, la constancia y la coherencia. Si los padres resuelven sus conflictos dialogando y de buenas maneras, los hijos aprenderán a actuar de igual forma cuando tengan que enfrentarse a sus propios problemas.

También es importante que los padres sean constantes y coherentes en el cumplimiento de las normas, de igual forma que a un hijo se le debe reforzar positivamente una buena conducta, los padres deben castigarle (por supuesto sin violencia) para corregir una conducta inapropiada. Una vez decidido el castigo debe mantenerse, pero si crees oportuno ser flexible, explícale el motivo del cambio.

Conversar con los hijos y transmitir valores como la generosidad, el respeto a los demás, la justicia, el deber, etc. Son valores contrarios a la violencia que ayudarán a formar una personalidad no violenta y madura. Evita por otro lado mediante el diálogo, que tu hijo adolescente tenga sentimientos de venganza o rencor.

Es aconsejable que exista una buena comunicación e intercambio de información entre el colegio y la familia. Sería bueno que los padres participaran más activamente en reuniones y tutorías del colegio y si fuera posible, conocieran a los amigos de sus hijos. Muchos padres se sorprenderían de lo diferentes que pueden llegar a ser sus hijos fuera de casa

Dª. Trinidad Aparicio Pérez

Psicóloga clínica. Psicóloga escolar

11 comentarios

Archivado bajo Escuela para padres